Autora: Nathalia Guerrero Duque
Foto: Ross Uribe
Julianna y Dani Boom coinciden en algo: los meses de encierro y desactivación por la pandemia estuvieron muy lejos de ser una buena época para sus vidas. El encierro, sumado a la pausa que las escenas culturales vivieron alrededor del país y el mundo, las vivencias personales y en algunos casos momentos difíciles de salud mental, hicieron de este periodo un reto a muchos niveles, pero un espacio que se volvió necesario para la reflexión.
Dentro de los muchos replanteamientos que se pudieron hacer, en medio de la quietud obligada, las diferentes personas que componen los ecosistemas electrónicos, hubo una, la pregunta por el sostenimiento de las escenas electrónicas,que pudo sentirse principal, por su naturaleza transversal. Preguntarse en ese momento por todo lo que involucra un ecosistema cultural era, a su vez, un cuestionamiento, y una preocupación latente. ¿Qué elementos deben pervivir para que el sostenimiento sea una realidad? ¿Es algo que solo puede lograrse de manera colectiva?
Para Julianna, una de las DJs y productoras electrónicas más representativas de nuestro país, la respuesta está en el autocuidado, la horizontalidad y la sanación. Para Dani Boom, DJ, productor de la vieja guardia nacional, e integrante del reconocido colectivo caribeño musical Systema Solar, la respuesta está en la generosidad y el agradecimiento.
Ambos artistas hacen parte del compilado ‘Atlantic Stereo’, una iniciativa de tejido pospandémico entre artistas electrónicos de Francia y de Colombia, liderado por la alianza que desde hace años tiene el festival Nuits Sonores con nuestro país. Julianna, en colaboración con Zadig, productor y DJ francés, lograron con su track ‘The Flying Soda’, un recorrido que navega entre el electro y un sonido sci-fi que evoca oscuridad. Por su parte, Dani Boom colaboró con Cornelius Doctor & Tushen Raï para crear ‘Transatlantic (La France C’est Pas Paris)’, una amalgama bailable con sentimiento de provincia.
Indagamos con ambos artistas sus reflexiones acerca del sostenimiento, la colectividad y el futuro de los ecosistemas electrónicos de los que hacen parte, luego de lo que vivió cada uno durante los momentos más críticos de la pandemia.
Julianna: ‘salgamos de la idea de que la fiesta es un resolver, también puede ser ese espacio de sanación’
Julianna afirma estar en un momento de crisis, porque no encuentra las respuestas a las preguntas que se ha hecho sobre el circuito cultural electrónico que habita desde 2007, cuando inició su carrera artística. Esta DJ y productora proveniente de la tercera ola de DJs en Medellín, ha fundado tiendas de discos como Doce, que ya no existe, ha sido promotora de eventos y gestora cultural junto a colectivos reconocidos como Move, del cual ya no hace parte, y ha recorrido varios países del mundo representando a nuestro país con su versátil talento como selectora musical.
Hoy por hoy, Julianna tiene claras dos cosas: que no vivir de su arte es una decisión de la cual está segura, y que las fiestas electrónicas tienen que cambiar. “Todavía no sé cómo”, dice, “Pero no me alineo sobre nada lo que está pasando, porque evidentemente las personas cambian pero el entorno sigue siendo el mismo y es shockeante porque una no se halla ahí”.
Su colaboración con Zadig para Atlantic Stereo se sintió casi natural por la relación de amistad que sostenían desde hace un buen tiempo. “Zadig siempre ha tenido una conexión muy importante con Colombia”, afirma ella, quien cuenta que durante el Paro Nacional en nuestro país, el artista prestó sus redes para visibilizar lo que estaba pasando. Durante el proceso de creación del track, siempre se sintió muy tranquila de preguntar lo que no entendía: “Aprendí mucho a darle la vuelta de tuerca a las cosas que él hacía y luego se las mandaba”. Su única dificultad es que “Cuando estás con alguien al lado, puedes terminar un track en uno o dos días, pero nosotros nos tomamos muchos meses”, principalmente por la distancia.
La sostenibilidad es una reflexión que Julianna ha hecho, y su primera respuesta ante esa pregunta es un trabajo horizontal donde no solo participen artistas, agentes y promotores, sino el mismo público. Para ella, esta horizontalidad debe estar atravesada por una búsqueda de brindar cosas diferentes en la fiesta. Esa fue una de las razones por las cuales se salió del colectivo que integraba, Move. “Un montón de gente se quedó sin trabajo y nos dimos cuenta que es una escena como sin suelo, ahí no hay nada”, asegura ella que pensó en esa época crítica de la pandemia.

Luego de esos meses, al regresar, sintió de una manera muy visible el contraste de la consecuencia: “En este momento hay un desfogue muy loco y problemas muy grandes de salud mental que nadie está abrazando”. Ella misma vivió un episodio de depresión muy fuerte el año pasado, y tiene un cuadro de ansiedad, afecciones de salud mental que la llevaron a tomar decisiones como dejar de consumir alcohol y enfocarse muchísimo más en su autocuidado, algo que no es común dentro de sus colegas DJs. Incluso ha tenido que vivir la pérdida de amigos cercanos de la escena que optaron por el suicidio. ”Debemos salir de esa cuestión tan corporal que nos planteamos por años de que la fiesta es un resolver, sino que también puede ser ese espacio de sanación, que todavía no sé cómo”.
Para Julianna es clave retomar conexiones y colaboraciones horizontales para el futuro de las escenas electrónicas. Por esto mismo se ha enfocado en realizar trabajos conjuntos con artistas como Matías Aguayo, o decide participar en este tipo de compilados. “Se deben seguir haciendo colaboraciones internacionales, aunque a veces lo cuestiono y digo ‘bueno, cómo se puede hacer esto de manera más justa para todos porque es que aquí (en Latinoamérica) hace rato ya pasan cosas muy chéveres, ¿Por qué tenemos que validarnos afuera?”. Por eso, para ella, las colaboraciones al interior de nuestra región tienen un valor muy especial.
Dani Boom: “La sostenibilidad tiene que ver con la creatividad”.
“Mi caso ha sido muy dramático”, responde Dani Boom cuando le pregunto por sus vivencias de la pandemia. A pesar de decir esto, también acepta que disfrutó esos meses de encierro, donde pudo dedicarse a crear. “Hablar de sostenibilidad de la escena es un tema muy amplio que tiene que ver con la salud colectiva artística, y con poder generar cosas amplias que le den oportunidades a la gente”. Mientras los clubes y bares ‘chupaban polvo en el olvido’, como dice Dani, este artista, que realmente se llama Daniel Broderick, pudo reflexionar sobre lo más esencial y básico: “Cosas como el aire, la comida, el agua y la tierra”.
Dani Boom tiene una trayectoria extensa y celebrada en el país y la región. Entre sus muchos proyectos, es más conocido por ser fundador, productor y DJ de Systema Solar, uno de los actos caribeños más alegres y de mayor resonancia en la escena local y hasta global. Pero muchos años antes de Systema, Dani Boom pudo residir en Europa, donde se sumergió en las aguas de libertad que estaba navegando la cultura raver en esa época de los años 90, de la mano de colectivos como las Spiral Tribes, que terminaron teniendo influencia en la escena electrónica bogotana precisamente por una alianza francocolombiana en esa época.
La conjunción, en ese momento, se dio por un colectivo legendario llamado Bogotrax, integrado inicialmente por artistas franceses y colombianos, que era autogestionado, libre y tenía lugar durante una semana al año en diferentes puntos de Bogotá. Hoy en día, luego de una pausa de varios años, una pandemia encima y varios relevos generacionales, Bogotrax sigue vivo en la capital colombiana. “Todo eso es fruto de ese espíritu de colaboración, de apoyarse, de generosidad, curiosidad, búsqueda musical y de comunidad”, afirma Dani, para quien las Spiral Tribes fueron una semilla muy importante entre la familia raver bogotana y francesa. “Es bonito ver cómo esas colaboraciones evolucionan con nuevos jugadores”.

En el caso de Dani Boom, se juntó con Cornelius Doctor & Tushen Raï para sacar en el compilado ‘Transatlantic (La France C’est Pas Paris)’, un track donde la parte francesa puso una base en diálogo con el artista colombiano, y Dani terminó aportando hasta su voz. “Me pareció muy bacano y me animé a cantar, no había mucho más que hacer, era más fluir con eso. Como ellos son de Lyon yo me puse a cantar que París no era la Francia, apelando al sentimiento de provincia, y el mensaje les gustó, les pareció gracioso”.
Para Dani este tipo de colaboraciones son grandes ejemplos de conectividad, de comunión con la gente y de libertad. “Me parece fundamental la creatividad y la generosidad a la hora de compartir, y no me refiero a algo estético, sino más a un sentimiento”.
La generosidad es, quizá, el concepto sobre el cual más reflexionó Dani Boom durante esos meses de pandemia. “En este momento de la vida estoy muy generoso”, afirma él, quien dice que antes de calcular ante colaborar con alguien o no, prefiere una actitud generosa con el arte. “Como creador peleo con mi propia vanidad, no se trata de si me gusta o no me gusta”. Si el artista siente que el mensaje está claro, y es un mensaje de positivismo, reflexión y buena vibra, “Ahí están los fundamentos para crear una obra”, asegura. Esa es la mística que rige actualmente al DJ y productor. “Esa mística es el motor, ya luego viene la parte estética y de gustos”.
La otra palabra que ha orbitado últimamente la vida de Dani Boom es el agradecimiento. Digamos, con Systema Solar dice él, “Agradece uno más la oportunidad de hacer las cosas y estar vivo”. Volver a los escenarios con el colectivo, poder tocar nuevas generaciones luego de la pandemia ha sido vital para todos. “Es darse cuenta de que hay un legado y una alegría para representar, porque si no va uno ¿Entonces quién?” se pregunta. “Todavía estamos vibrando juntos con ganas de hacer vibrar a la gente y recibiendo. Lo hago con mucha alegría y mucha fuerza”.
Sobre la autora
Nathalia Guerrero es una periodista y editora feminista enfocada en las realidades de las mujeres, la cultura electrónica y el registro de historias contraculturales. Actualmente es cofundadora y actual Directora Editorial de MANIFIESTA, un medio de comunicación digital colombiano con perspectiva feminista.
Ex editora de la revista impresa de VICE Colombia y ex subeditora de su plataforma digital. Redactora de THUMP Colombia, la plataforma de música electrónica de VICE. Ganadora del Premio Simón Bolívar de Periodismo en 2016. ICFJ Fellow 2021. Ha publicado en medios como The Washington Post, Arcadia, Shock y El Espectador.